
Estadísticas de usuarios en Facebook en 2011. Diseñado por @mocita. Haz click en la imagen para ampliar
He leído una entrevista que hacen a Randi Zuckerberg, que hasta agosto de 2011 fue directora de marketing en Facebook, y habla sobre el comercio electrónico a través de esta plataforma. Facebook aspira a convertirse en un gran motor de compra-venta por internet de dimensiones desconocidas. Ha pasado a ser, de forma indirecta, el CRM (Gestión y Control de clientes) potencial más grande del mundo y eso es algo difícil de dejar escapar, incluso para aquel joven informático que defendía en sus inicios el carácter altruista de su creación.
¿Qué empresa no querría montar su tienda en un centro comercial al que acudirían más 600 millones (la infografía es de principios de año) de potenciales compradores de forma habitual?
En el caso de nuestros hoteles singulares, ésta funcionalidad que permite hacer reservas a hoteles desde Facebook, es doblemente interesante puesto que, sin necesidad de grandes inversiones, disponen de una plataforma de reservas con un potencial de venta de millones de usuarios, al mismo tiempo que de un espacio publicitario donde ofrecer sus productos. Llegando más lejos a lo que tal vez llegarían con una página web propia.
Para completar este post, los invito a leer una entrevista que comenta estrategias exitosas de empresas multinacionales mediante esta red social.
Las redes sociales han abierto un camino fascinante también en las relaciones comerciales y ninguna empresa debería desaprovecharlo. Mucho menos aquellos negocios cuyos recursos en Marketing y Publicidad son limitados. Hoteles que antes se veían mermados por la falta de recursos, ahora se podrían ver beneficiados dejándose llevar por la inercia de un monstruo cuyo activo principal radica en su base de datos de personas repartidas por todo el mundo.
Reflexión: Es muy importante saber establecer el límite entre el ocio y el negocio. El poder de toda red social está en los individuos que la componen y son ellos los que decidirán si quieren convertir un elemento de diversión en un elemento comercial. No se puede, por tanto, poner el futuro de una empresa, que pasa irremediablemente por una óptima facturación, en las únicas manos de un canal que tan pronto está en la cúspide como se desvanece tan rápidamente como se gestó.